Tipo de cultivo y formatos de envasado

Hace ya algunos años que comenzamos a elaborar nuestro aceite “charandel”. Desde el principio hemos tenido claro que nuestro producto y sus procesos debían ser respetuosos con el medio ambiente y buscar en la medida de lo posible la máxima calidad.

Durante este tiempo hemos investigado sobre las innovaciones en el cultivo del olivo y hemos implementado en nuestra forma de trabajar métodos que potencian la biodiversidad y minimizan el impacto que toda actividad humana tiene en el medio.

Tipo de cultivo

Para nuestras plantaciones de olivares utilizamos un sistema de cultivo llamado “superintensivo”, que busca reducir los tiempos necesarios para cosechar, una mecanización más sencilla, y el uso racional del agua, la luz y los nutrientes.

Una de las ventajas que nos pareció muy interesante es el hecho de que, al ser la recolección mecánica, toda la aceituna cosechada es de vuelo y en el momento preciso, por lo que la calidad del aceite es 100% virgen extra. Si además de esto le sumamos un procesado rápido pero realizado con esmero durante la elaboración conseguimos preservar las calidades del zumo conseguido.

Nuestros campos de olivos en cultivo superintensivo

Otra ventaja del olivar superintensivo es su cosecha temprana, que mejora la calidad del aceite, además de permitir que el olivo se descargue antes, lo que reduce la alternancia de las producciones.

Utilizamos sistemas con cubiertas vegetales que al llegar el final de la primavera se siegan, aportando de este modo grandes cantidades de materia orgánica cada año a nuestros suelos de cultivo. Esto permite mejorar la permeabilidad y fertilidad de los suelos, su vida microbiana y su biodiversidad. También se retiran de la atmosfera muchas toneladas de CO2.

Los restos de poda son año tras año triturados, quedando sobre el suelo donde se descomponen lentamente y lo protegen de las inclemencias meteorológicas. Con estas medidas tratamos de imitar de forma acelerada los mecanismos de creación de suelo de un bosque natural.

Olivos cargados de aceituna cerca del momento de cosechar

Del mismo modo, evitamos el uso de insecticidas químicos, que inevitablemente descompensan el equilibrio de invertebrados presas y depredadores que existe en el olivar. Determinados problemas puntuales (como la mosca del olivo o el prays) se atacan en caso necesario con instrumentos no lesivos para el resto de la fauna (mosqueros trampa o tratamientos con Bacillus Thuringinensis).

Sin embargo, esto no sería suficiente si el saldo de CO2 fuera negativo. Lo era para nosotros hasta hace varios años, porque necesitábamos bombear el agua de un pozo para regar, pero finalmente resolvimos este problema instalando un sistema de bombeo fotovoltaico.

Con todos estos procesos tratamos de producir nuestras olivas trabajando en simbiosis con la naturaleza y no al margen o en contra de ella.

Al estudiar los importantes beneficios que un aceite de oliva virgen extra puede reportar a la salud, entendimos que de algún modo podíamos colaborar a la vez, no sólo con la salud de las personas sino también con la del planeta. Para nosotros es una motivación hacer un producto agradable de consumir y a la vez saludable, con un gran frutado y aroma, y a la vez con propiedades cardiosaludables y antitumorales.

Formatos de envasado

Después de todo el proceso de recolección y molturación viene el envasado. Nuestros formatos favoritos para conservar nuestro zumo de aceituna son las botellas de vidrio oscuro y el bag in box.

El bag-in-box es un envase formado por una caja de cartón y una bolsa. La bolsa está compuesta por una o varias láminas de material termoplástico adecuadas a las características del producto contenido y un grifo en la parte inferior que facilita la dosificación del mismo. Su calidad para el AOVE, se basa en dos características técnicas muy importantes: es el único envase que impide la entrada de aire una vez abierto e impide la entrada de luz.

Su funcionamiento es sencillo, la bolsa interior que contiene el aceite se va arrugando porque hace vacío según extraemos el líquido. Se ha confirmado que, en envases abiertos para consumo doméstico, el AOVE conservado en bag-in-box es el que mantiene su calidad durante más tiempo.

Por otro lado, nos interesaba el vidrio de cara a presentar al consumidor un formato más distinguido, pero que al mismo tiempo fuese reciclable. Usamos una botella de cristal marrón porque es imprescindible que el cristal sea opaco o tenga algún tipo de tratamiento que filtre la luz, con el fin de conservar de la mejor manera el aceite. Envasar con cristal transparente para mostrar el producto, implica que el aceite sufrirá un envejecimiento acelerado a causa de la luz.